Este famoso juego ayuda al intelecto a desarrollar importantes componentes para el aprendizaje, como por ejemplo: la atención, el pensamiento de espacio, la motricidad fina, el habla, etc.
Para recorrer bien un laberinto el niño necesita mucha concentración y también ver y planificar el camino que va a seguir. Si el camino está cerrado, él necesitará regresar, lo que está prohibido en las reglas del juego.
Para motivar al niño, podéis contar diferentes historias como por ejemplo: Papá Noel quiere llagar hasta su trineo para llevar regalos a los peques, Los niños quieren llegar al Árbol de Navidad para coger los regalitos...
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