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martes, 4 de enero de 2011

PARA PAPÁS Y MAMÁS.DEL BLOG DE MI JULI.

Los Reyes Magos
Los Reyes MagosPancho Aquino
No olvidaré jamás aquella mañana del seis de enero; hacía pocos días había cumplido mis primeros sesenta y un años. Durante la noche anterior un sueño extraño llenó mi corazón de dudas. Por eso me levanté muy temprano, no podía seguir durmiendo, algunas lágrimas mostraban mi tristeza.
Me senté en el borde de la cama y seguí llorando, mientras recordaba al duende que en mis sueños me había dicho algo que yo no podía creer... por eso mi llanto y mi tristeza esa mañana del seis de enero.
Con su chillona voz de duende había dicho: "Me extraña que a tu edad no lo sepas: los Reyes Magos no existen, son los adultos, generalmente los padres, los que compran los regalos".
Siguió hablando, sin importarle mi dolor y aunque ya no quería escucharlo y hacía lo posible para alejarme de él, su voz aguda y su risita burlona resonaban en mis oídos, hasta que al fin pude despertar.
Inicié las tareas del día sintiéndome muy mal, sin deseos de hacer nada.
Para distraerme un poco y aliviar mi pena salí a caminar y me encontré con muchos chicos jugando en las calles y comentando entre ellos los regalos recibidos, que por cierto eran muy hermosos.
;Claro!, pensé.,los padres de estos niños tienen el dinero suficiente para comprárselos.
Seguí andando, sin rumbo fijo, y así pasé por un barrio más pobre, por el hospital, por la iglesia y por último llegué a un barrio de emergencia y vi que todos los niños tenían algún juguete entre sus manos.
Los sentimientos eran similares en todas partes. Padres e hijos del barrio rico, la iglesia o el hospital llevaban en sus rostros la misma expresión de felicidad, sin relación con el valor material de los regalos, se reflejaban en sus miradas la emoción, la alegría, la sorpresa, el amor, todo el amor.
Fue entonces que mis labios volvieron a sonreír.
Esperé la noche para hablar con el duende de mis sueños y cuando él llegó le conté lo que había visto.
Me escuchó con mucha atención y sonriente e inquieto como siempre, me dijo:
"Mientras haya gente buena, corazones abiertos, personas que amen a los niños, a las que nos les importe el color de la piel o la posición social, los Reyes Magos seguirán llegando, ellos jamás dejarán de venir".
Su risita sonora se fue apagando, mientras se elevaba hacia el cielo.
Yo me quedé mirando cómo se perdía en la noche y entonces me pareció ver entre las estrellas las siluetas de los tres Reyes, montados en sus camellos. que se alejaban con las bolsas repletas de cartas ilusionadas.
Acaricié mi barba, como lo hago siempre que estoy feliz... una de aquellas cartas era mía.
Del libro: "Cuentos para Niños de 8 a 108 II" - Pancho Aquino.



QUÉ NOCHE MÁS MÁGICA NOS ESPERA.ES MI PREFERIDA.Y AHORA QUE SOY MAMÁ MUCHO MÁS.

Cuenta la leyenda que dos amiguitos del Niño Jesús, viéndole pobre y descalzo, decicieron cederle sus zapatos, por lo que los lavaron y dejaron en el balcón para que se secaran. A la mañana siguiente, cuál no sería su sorpresa al encontrárselos llenos de regalos que habían dejado los Reyes Magos en premio a su bondad.

3 comentarios:

  1. Qué bonito, sí que es verdad que cuando tienes un hijo, vuelves a revivir toda la ilusión, aunque no la hayas perdido nunca, pero es mucho más grande, es fantástico ver sus caritas, se emocionan tanto, tienen tanta inocencia...

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  2. Les dejo una historia para niños inventada por animaciones pipo:
    Hace mucho tiempo en un pueblito muy lejano había un pequeño príncipe llamado Alexander.
    Este príncipe siempre comía muchos dulces pero no solía lavarse sus dientes.
    Un día al pequeño Alexander un diente se le cayó de su boquita. Sin embargo este diente estaba sucio y muy feo.
    Aun así el príncipe Alexander decidió ponerlo debajo de su almohada pensando que quizás el ratoncito vendría y le daría una moneda.
    Sin embargo su sorpresa fue mucha al ver que no apareció moneda alguna y fue un mago que le dijo:
    "por sucio moscas comerás y tu aliento horrible será hasta que tus dientes aprendas a lavar"
    Muy triste Alexander salió fuera del castillo y en agua de una pileta puso su lengua.
    Alexander hizo muchas gárgaras y pensó si era suficiente. Pero observo su reflejo en el agua y un sapo aun vio.
    El sapito Alexander por un bosque caminó y con un castor se encontró. Grande fue su sorpresa al ver los grandes dientes blancos del castor.
    Muy curioso le pregunto:
    "castor como es que tienes tus dientes tan blancos"
    Y el castor contestó:
    "muy fácil pues con mi cepillo canto así: chiki- chiki-chi para arriba, chiki- chiki-chi para abajo y chiki- chiki-chi para un lado, chiki- chiki-chi y así me los lavo"

    Muy contento Alexander agradeció al castor y a casa volvió
    Tomo su cepillo
    Y con la canción sus dientes lavo

    "chiki- chiki-chi para arriba, chiki- chiki-chi para abajo y chiki- chiki-chi para un lado, chiki- chiki-chi y así me los lavo"

    De pronto el mago apareció felicito a Alexander y en príncipe lo convirtió y así Alexander sus dientes cuido

    Visítennos en nuestro sitio
    http://www.animacionespipo.com
    (Historia hecha por Alan Sepúlveda Animaciones pipo)



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  3. que bonitos dibnujos e informaxion :):D

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